No cabe duda de que la irrupción de internet ha modificado por completo muchos de nuestros hábitos de conducta. Es innegable que el poder de la gran red es gigantesco y que, gracias a sus inmensas posibilidades, la sociedad ha sufrido un vuelco en más de un área de acción. En los últimos años, además, el sector de la compra y venta de productos ha crecido considerablemente entre los usuarios, que se han lanzado a comprar desde casa con mucha más confianza que anteriormente. Probablemente, uno de los motivos de ese repunte en la compra y venta de productos haya sido la garantía que ofrecen las empresas con All SandCargo en cuanto al transporte de mercancías y el seguimiento del producto desde que sale del espacio del proveedor hasta que llega a las manos del cliente.
La desconfianza siempre ha sido una de las peores aliadas del terreno de las compras. ¿Y si no llega? ¿Y si mi producto se queda por el camino una vez pagado? Aún a día de hoy, estas ideas continúan muy establecidas en ciertos sectores de población, pero lo cierto es que cada vez son menos las personas que deciden no comprar por internet debido a este motivo.
La sociedad cambia, y con ello las formas de actuar. Por supuesto, el comercio se ha beneficiado de la imponente llegada de internet a nuestras vidas. Los patrones de conducta en cuanto a la compra de productos no tienen nada que ver ahora con lo que se consideraba como estándar hace unos cuantos años, pongamos una década. Las generaciones más jóvenes confían en la red como una gran plataforma de intercambio. Algunas webs como Amazon y su interminable catálogo o Wallapop y esa especie de mercado de trueque y cambalache de productos sin intermediarios lo demuestran. La barrera de desconfianza que separaba el dedo de hacer el último click y completar la compra se ha difuminado por completo.
De esta forma, internet se ha convertido en la mayor herramienta comercial existente desde todos los ámbitos posibles. Nadie duda de su capacidad y, a día de hoy, una de sus funciones primordiales es la de situarse como un enorme e inabarcable centro comercial en el que los usuarios compran, venden, ojean y reciben la publicidad constante de empresas que rastrean sus preferencias y las estudian para ofrecer la propaganda perfecta de sus productos. Sin embargo, si algo difiere la compra online de la compra tradicional es, sin lugar a dudas, la manera de adquirir el producto. Siendo exactamente iguales los catálogos, incluso mucho más amplios y variados en la red, la distribución del producto nunca puede ser igual. Internet no permite que el cliente se decida por un producto y lo lleve a casa ese mismo instante en la mano. El proceso, evidentemente, es más largo y conlleva unos ciertos plazos de espera. Miras, comparas precios, eliges, compras y… esperas que llegue a casa poniendo toda la confianza en que cuando lo tengas en tu mano sea exactamente igual que como lo has imaginado al verlo en aquellas fotos. Se puede decir que internet elimina el tacto de la acción de compra.
No obstante, en lo referente a los plazos, cada vez se reduce más el periodo de acción de las empresas a la hora de hacer llegar la compra a los clientes. A los servicios de mensajería, que tradicionalmente han sido los encargados de llevar la mercancía pequeña hasta los hogares, se les unen los proveedores de transporte para productos más pesados y difíciles de transportar. Es el caso de la empresa internacional All SandCargo, que se dedica desde 1998 al transporte de mercancías de todo tonelaje dentro y fuera de nuestras fronteras, siendo una de las firmas líderes del sector con un prestigio notable. Esa posición privilegiada no es casual. La calidad del servicio es cuestión de confianza –como hablábamos antes, uno de los principales motivos del ascenso de compra online– en el amplio personal humano y profesional de la empresa. Por otra parte, la ya citada posibilidad de seguimiento del producto aporta otra dosis importante de confianza al consumidor, ya que de esta forma, gracias a los equipos informáticos de “tracking & tracing” podrá conocer dónde se encuentra su adquisición en todo momento durante el transporte.
Si los tiempos cambian, todo lo hace a la vez. Comprar por internet ha dejado de ser una utopía para solo unos cuantos. Es posible que llegue un día en el que la gran parte de volumen de compra se haga desde la red.