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Las obligaciones fiscales de los autónomos

autónomo

Si estás pensando en dar el paso y convertirte en autónomo, lo primero que tienes que saber es que no todo es libertad y flexibilidad. Ser autónomo en España viene con un pack de responsabilidades fiscales que, si no las tienes claras desde el principio, pueden volverse una pesadilla. Entre facturas, impuestos y cotizaciones, la realidad es que el sistema no te lo pone fácil. Y no solo es que haya que pagar más cosas, sino que hay que tenerlas todas al día, porque, si no, las consecuencias pueden ser serias.

Por eso, antes de lanzarte, es fundamental que entiendas bien todo lo que implica ser autónomo, al menos en cuanto a tus obligaciones fiscales. Aquí vamos a repasar todo lo que tienes que saber para que, si decides dar el paso, no te pille por sorpresa. Y créeme, conocer bien este tema desde el principio te ahorrará dolores de cabeza y más de un disgusto.

 

Qué tienes que cumplir como autónomo

Cuando te das de alta como autónomo, básicamente te estás comprometiendo a hacer las cosas bien en dos frentes: con Hacienda y con la Seguridad Social. En otras palabras, tienes que pagar impuestos, presentar declaraciones y asegurarte de que estás cotizando correctamente.

Primero, está el tema del alta. Para empezar, tienes que registrarte en Hacienda rellenando el modelo 036 o 037, que básicamente le dice al sistema que vas a trabajar por tu cuenta y que vas a empezar a facturar. A partir de ahí, cada vez que generes ingresos tendrás que cumplir con tus impuestos. Por ejemplo, el IVA: todo lo que factures lleva IVA (a menos que estés en actividades exentas como la formación), y cada tres meses tendrás que presentar una declaración donde le digas a Hacienda cuánto ha cobrado y cuánto ha pagado en gastos relacionados con tu actividad. Si te sale a pagar, tienes que ingresar ese dinero.

Luego está el IRPF, que no es más que el dinero que Hacienda se queda de lo que ganas. Este lo adelantas trimestralmente si no tienes retenido el IRPF en las facturas (que suele ser del 15% o del 7% en los primeros años), y al final del año, con la declaración de la renta, ajustas cuentas para ver si te devuelven o te toca pagar más.

Por otro lado, tienes la cuota de autónomos. Este es el dinero que pagas a la Seguridad Social todos los meses, sí o sí, trabajas mucho o poco. Desde 2023, el sistema de cotización se basa en tus ingresos reales, lo que, en teoría, debería ser más justo. Pero sigue siendo un gasto fijo que no puedes dejar de lado.

Además, aunque no sea obligatorio para todos, lo ideal es que lleves un control de todo lo que ingresas y gastas. No hace falta que tengas una contabilidad profesional como una empresa grande, pero sí unos libros básicos que te ayudarán a justificar tus facturas y gastos en caso de inspección.

 

¿Qué pasa si no cumples?

Aquí viene lo complicado. Ser autónomo significa que tienes que ser muy organizado con todo esto, porque si te despistas, las consecuencias no tardan en llegar.

Por ejemplo, si no presenta una declaración de impuestos a tiempo o la haces mal, Hacienda no se va a quedar de brazos cruzados. Las multas por retrasos pueden empezar siendo pequeñas, pero si acumulas errores o no lo solucionas rápido, la cosa se complica. Además, si dejas de pagar cuotas a la Seguridad Social, no solo puedes quedarte sin prestaciones como la baja por enfermedad, sino que pueden llegar a embargarte dinero directamente de tus cuentas.

Otro problema que muchos autónomos subestiman es no guardar bien las facturas o tickets de gastos. Si en algún momento Hacienda decide revisar tu actividad y no puedes justificar lo que ha declarado, prepárate para una sanción.

En resumen: no llevar tus obligaciones fiscales al día no solo te mete en problemas legales, sino que también afecta a tu estabilidad económica.

 

La realidad es que muy pocas personas pueden hacerlo todo solas

Vamos al grano: gestionar todas estas cosas no es fácil. La mayoría de los autónomos, sobre todo cuando empiezan, no tienen ni idea de cómo funcionan los modelos de Hacienda, las cuotas o las deducciones.

Capellas i Associats, una de las asesorías más importantes de Girona, siempre recomienda que los autónomos (especialmente los nuevos) se apoyen en un asesor desde el primer momento. La razón es sencilla: el sistema es complicado, y un asesor te ayuda a evitar errores, aprovechar todas las deducciones posibles y, sobre todo, ahorrar tiempo.

Piensa que un asesor no solo se encarga de rellenar formularios por ti. También se asegura de que todo esté correcto, de que no pierdas dinero por no conocer ciertas ayudas y de que no cometas errores que después te puedan costar mucho más en multas o recargos. Además, te quitas de encima un montón de estrés, porque sabes que todo está en orden y puedes centrarte en lo importante: tu trabajo.

 

Ayudas para autónomos en 2024 (y lo que viene en 2025)

Aunque ser autónomo tiene sus costes, también hay ayudas que pueden echarte un cable, sobre todo si estás empezando.

Para 2024, sigue vigente la tarifa plana para nuevos autónomos. Esto significa que durante los primeros 12 meses solo pagarás 80 euros al mes de cuota a la Seguridad Social. Es una buena opción para reducir costes al principio. Además, si al terminar ese año tus ingresos no superan ciertos límites, puedes mantener esta tarifa un año más.

También hay ayudas para la digitalización, como el Kit Digital, que te permite recibir subvenciones para mejorar tu presencia online, crear una web o digitalizar procesos de tu negocio. Es útil especialmente si quieres darle un empujón tecnológico a tu actividad.

En cuanto a lo que se espera para 2025, aunque todavía no hay nada confirmado, lo más probable es que se mantengan este tipo de apoyos. Además, se está estudiando ampliar las ayudas para autónomos en sectores específicos y fomentar la conciliación laboral, algo que sería un alivio para muchos.

*Factura electrónica

Uno de los cambios que más se está comentando entre los autónomos es la posible implementación obligatoria de la factura electrónica. Aunque todavía no es una realidad para todos, hay planos claros para que esta herramienta se convierta en un estándar en el futuro cercano. Actualmente, las grandes empresas ya están obligadas a emitir facturas electrónicas, y todo apunta a que en los próximos años esta obligación se extenderá también.

La idea detrás de la factura electrónica es facilitar la transparencia fiscal, reducir el fraude y simplificar los trámites tanto para los trabajadores como para la Administración. Básicamente, todas tus facturas tendrían que generarse y enviarse en formato digital, cumpliendo unos estándares que permiten su validación automática. Aunque suena muy bien en teoría, para muchos autónomos esto puede ser un cambio importante, sobre todo si no están familiarizados con el uso de programas de facturación o plataformas.

Por eso, es importante empezar a prepararse desde ya. Si estás utilizando herramientas tradicionales, como plantillas de Excel o Word, puede ser el momento de empezar a explorar programas que te permitirán gestionar facturas electrónicas fácilmente. A largo plazo, esto te ayudará a cumplir con la normativa y a llevar un mejor control de tu negocio.

 

Consejos para los que empiezan

Si estás pensando en hacerte autónomo o acabas de empezar, aquí te dejo unos consejos prácticos que te pueden ayudar a no cometer errores:

Lo primero es informarte bien antes de dar el paso. No te lanzas a ciegas sin entender cómo funciona el sistema, porque puede que luego te encuentres con sorpresas desagradables. Investiga cuánto vas a pagar de cuota, cómo se declaran los impuestos y qué gastos puedes deducir.

Otro consejo fundamental es que te organices desde el principio. Lleva un control de todos tus ingresos y gastos, aunque al principio te parezca un rollo. No necesitas un programa caro; Un Excel básico puede servir para empezar. Y, por supuesto, separa tus cuentas personales de las profesionales. Tener una cuenta bancaria específica para tu actividad como autónomo te facilitará muchas las cosas.

Por último, no tengas miedo de pedir ayuda. Al principio, puede parecer un gasto innecesario contratar un asesor, pero es una inversión que te ahorra problemas a largo plazo. Además, con un asesor puedes descubrir deducciones y ayudas que probablemente no sabías que existían.

 

Organízate y da el paso

Entender todo lo que tienes que hacer y mantener al día es la clave para evitar los problemas y trabajar con tranquilidad.

Si te sientes abrumado con todo lo que hay que gestionar, recuerda que no tienes por qué hacerlo solo. Contar con el apoyo de un buen asesor puede marcar la diferencia entre estar constantemente preocupado o disfrutar de tu trabajo.

Al final, ser autónomo no es fácil, pero con la información correcta, organización y un poco de ayuda, puedes sacar adelante tu proyecto sin que las obligaciones fiscales te quiten el sueño.

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