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Tencología, no me falles.

Trabajo en una empresa dedicada al reparto de productosen bares y restaurantes en la que necesitamos ordenadores de último modelo porque necesitamos estar casi 24 horas con ellos en funcionamiento. Durante el invierno del año pasado, no se qué problema hubo con los ordenadores (no entiendo mucho de tecnología no os puedo describir exactamente lo que ocurrió) pero el caso es que muchos de nuestros ordenadores dejaron de funcionar en red e incluso llegamos a perder mucha información de la que teníamos conectada. Por eso acudimos a IDC, primero porque nos lo aconsejó el técnico que tenemos en la empresa, y segundo porque les vimos tan atentos y preocupados por nuestro tema, que decidimos empezar a trabajar con ellos. Ellos fueron los que nos ayudaron a recuperar archivos que ya creíamos que estaban perdidos, nos salvaron la vida, la verdad. Desde entonces todo se lo compramos a ellos y por eso quiero recomendároslos. De verdad que si estáis pensando en comprar un ordenador, o quizás solo os haga falta un componente, no dudéis en contactar con ellos porque os van a ayudar en todo..

Y es que da mucha rabia que puedan pasar este tipo de cosas, en el momento menos indicado. Por ejemplo recuerdo una vez cuando estaba en el instituto, estaba haciendo un trabajo que me llevó horas y horas por la tarde, de repente no se qué le empezó a pasar al ordenador que se puso azul y empezaron a salir rayas por todos lados cruzando la pantalla. Como os imagináis ya, el trabajo que me había costado tanto hacer, se perdió. Y no porque no lo fuera guardando ( porque cada dos por tres guardo todo lo hecho con el ordenador), si no que de repente el sistema empezó a no funcionar bien y se calentó. Recuerdo que olía mucho a humo, que de hecho mi padre subió corriendo a mi habitación porque olía fatal. El caso es que al final tuve que coger un ordenador de mi hermano, y volver a hacer todo el trabajo. Al final estuve toda la noche con él, porque me acordaba muchas cosas de las que había escrito en el anterior, pero no de todas claro. Al día siguiente acudí al instituto con unas ojeras…entregué el trabajo y me fui. Al cabo de varias semanas me dijeron que me habían puesto muy buena nota, y yo pensé por dentro que me lo merecía, después de lo que había pasado claro.

Supongo que es la parte mala que todo el avance tecnológico que tenemos, y que de hecho avanza y mejora día a día. Que nos puede jugar una mala pasada con datos que hayamos metido, o que nos fiemos mucho de ello y nos “traicione” porque confiamos ciegamente en todos los aparatos que nos rodean porque nos hace la vida más fácil. Sobre todo cuando nos gastamos mucho dinero en ciertas marcas que de hecho en el fondo nos engañan solo por llamarse como se llaman, porque la calidad de sus productos es igual o parecida, incluso mejor, que otros productos no tan conocidos por todos. Pienso que la mayoría de las personas vivimos adictos a toda esta tecnología de la que estoy hablando y el gastarnos dinero en algo que nos gusta y que vemos útil en nuestras vidas, es algo que no nos importa mucho. Lo malo llega cuando hay que comprar un repuesto de esa “marca” especifica, que no solo te gastas el dinero en el producto si no que te gastas el dineral en las piezas que supuestamente deberían de funcionar bien, y que no lo hacen. Dejarme deciros que todo está estudiado.

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