Llevamos un año y medio muy complicado para el turismo de nuestro país y es que no es para menos. El coronavirus ha limitado nuestros movimientos, poniendo en jaque una de las actividades económicas más importantes de nuestro país y haciendo que los efectos de eso se noten de una manera extraordinaria en prácticamente toda la economía española. Ha sido una verdadera lástima que esto sea así, pero al menos nos queda el consuelo de que este verano tiene pinta de que va a ser diferente. No va a ser completamente normal, pero sí algo mejor que el pasado.
Sin Estado de Alarma, lo cierto es que se reúnen condiciones como para que la actividad turística empiece de nuevo a resurgir de sus cenizas. Tenemos lugares más que de sobra para ofrecer a los turistas (ya sean extranjeros o de nuestro propio país) una experiencia de vacaciones estupenda. No cabe la menor duda de que esto debe servirnos para superar, también desde el punto de vista económico, la pandemia que tanto nos ha condicionado desde el mes de marzo del año pasado. Ojalá que en poco tiempo podamos contaros que hemos sido capaces de darle la vuelta a la tortilla.
Una noticia publicada en la página web Huelva Información aseguraba que un municipio como Matalascañas, que es una de las máximas representaciones del turismo de sol y playa de nuestro país, multiplica su población por 40 en verano como consecuencia de la gran imagen que tiene el turismo en nuestro país. Todo el mundo lo relaciona con descanso, con sol, con tranquilidad y con calidad de vida. Y eso es lo que convierte a nuestro país es uno de los que saca un mayor rédito de su potencia turística. Desde luego, hay que retornar a ese camino tan pronto como la pandemia lo permita.
Otro artículo, en este caso publicado por Huelva24, informaba de que, el año pasado, un total de entre 70.000 y 80.000 personas pasaron un fin de semana concreto del mes de junio en Matalascañas. La verdad es que se trata de una cifra interesante y más aún en momentos de pandemia. No cabe la menor duda de que esto quiere decir dos cosas: por un lado, que la mayoría de la gente está deseando salir de casa este verano. La segunda, que este es un destino de los que más capacidad tiene para llamar la atención.
Desde la caída del Estado de Alarma que se mantuvo vigente desde el mes de octubre hasta el de mayo, se han disparado las reservas online de apartamentos y pisos en toda la provincia de Huelva. Si hay un lugar que sigue llamando especialmente la atención para todos los visitantes de esa zona, ese es Matalascañas, que, en función de los datos que nos han sido proporcionados desde Inmodoñana, es el que tiene más reservas a través de Internet por ahora hasta el mes de septiembre. Para dicha zona, es evidente que esto supone aliviar las penurias vividas durante el coronavirus.
Internet, un nuevo espacio de trabajo también para las inmobiliarias
Nos encontramos en un momento en el que el teletrabajo se ha convertido en habitual en prácticamente todos los sectores a causa del coronavirus. Teniendo esto en cuenta, nos parece lógico que las inmobiliarias, como otras empresas, hayan potenciando su oferta a través de la red. Y es que es este terreno el que garantiza el futuro de su actividad: ya hay más gente alquilando pisos y apartamentos por Internet que acudiendo a un espacio físico a reservar sus vacaciones. Eso lo dice todo.
No nos cabe la menor duda de que esto va a seguir siendo así de cara a los próximos años, aunque ya haya pasado la pandemia que ahora mismo nos asola y recuperemos la vida normal. Ni que decir tiene que esto hace el trabajo de los operadores mucho más efectivo y las reservas de la gente mucho más rápidas. En un mundo que gira tan rápido, ahorrar tiempo es indispensable para intentar que la vida nos resulte algo más feliz y que nuestro tiempo de ocio siga creciendo puesto que es un factor elemental para cuidar de esa felicidad.
Desde luego, está claro que podemos extraer algunos apuntes positivos de la pandemia. Uno de ellos es que hemos convertido, a la fuerza, nuestro entorno en algo mucho más digital. Ahí es donde se encontraba la mayoría del público antes del coronavirus y donde se encontrará mucha más gente cuando hayamos superado la pandemia. Es el lugar hasta el que nos está conduciendo de una manera irrefutable la realidad en la que nos movemos, una realidad que últimamente ha sido un poco dura pero que estamos convencidos de que pronto volverá a ser la normal, la de siempre.
