Suelo visitar Barcelona con frecuencia debido a mi trabajo. Las jornadas suelen ser bastante ocupadas y no tengo demasiado tiempo de estar en la ciudad. Suelo ir y volver de Madrid a Barcelona utilizando el puente aéreo, hasta que al final me convencí de que lo mejor era tomar el Ave y aprovechar sus ventajas.
El caso es que, cada dos meses o así tenía que ir a una reunión que me mantenía en la ciudad de jueves a sábado. Imaginaros lo que es estar en una ciudad tan animada e interesante como Barcelona con los compañeros de otros puntos de España del trabajo…
Las primeras veces solía hospedarme en un hotel cerca del Aeropuerto del Prat, que suelen ser baratos, pero que al final te gastas lo que te ahorras en taxis si quieres salir a cenar al centro. Uno de esos días que paseaba por el casco histórico vi el hotel Mercer, que es en el que me suelo alojar cuando viajo.
Me encantó esa mezcla entre lo moderno y lo antiguo. Todo encima rodeado de un ambiente de sobriedad y refinamiento que sinceramente conquistan. Se encuentra situado en el barrio Gótico de Barcelona, que es la verdadera alma de la ciudad catalana.
El hotel es todo un 5 estrellas, que además lo diseñó el famoso arquitecto Rafael Moneo, que fue premio Príncipe de Asturias de las Artes y que fue el que combinó el rescate de su legado en cuanto al arte con el diseño que buscaban tan contemporáneo.
Yo creo que lo resumiría en que es un hotel donde la elegancia y el buen gusto se unen. Una de las cosas que más me impresiona es su hall, donde puede ver el Patio de los Naranjos, que es un patio de luces acristalado en el que se filtra la luz natural y donde está el restaurante gastronómico del hotel, que se llama Le Bouchon y el Mercer Cocktail bar, dos lugares a los que sinceramente soy bastante fiel.
Cuando me toca ir a Barcelona en verano, suelo disfrutar del buen tiempo en la terraza que tiene el hotel, con piscina y servicio de Pool bar, Las vitas de la ciudad y sobre todo de los tejados históricos del Barrio Gótico son de postal.
En resumen, que parece mentira que un hotel tenga tantas cualidades, pero es que además es hasta práctico, ya que por la noche uno puede salir a tomar algo y sabes que estás en el mismo centro, donde tienes tu alojamiento. Como puedes imaginar es ideal lo mires por donde lo mires.
Barcelona merece disfrutarse con un alojamiento de altura
Me encantaría que cada vez que voy de vacaciones a otro lugar de España o del mundo encontrara un hotel con tantas virtudes, pero suelo ser bastante “tiquismiquis”. Así que si queréis disfrutar de Barcelona como debe ser y os encaja en vuestro presupuesto, no lo dudéis, es un hotel en el que merece la pena quedarse a pasar buenos momentos, tanto si es por trabajo como por turismo, está todo a mano.