Mi empresa me envío a unas visitas comerciales a Barcelona, una ciudad que no visitaba desde aquel mágico 1992. Por lo general no me suele gustar demasiado tener que hacer este tipo de visitas, pero volver a la capital catalana me hacía cierta ilusión.
Un hotel elegante y tranquilo
Elegí el Hotel Mercer Boria, mi jefe me dijo que se había hospedado hace dos meses en el Hotel que tienen en el Barrio Gótico y quedó encantado con el servicio. Aunque el Boria no es un hotel de 5 estrellas, sí que es un hotel de 4 estrellas con encanto.
Podríamos decir que es un hotel tranquilo donde prima la discreción, justo lo que buscaba, se encuentra en el límite entre el coqueto Borne y la zona bohemia de La Ribera que se está en el casco antiguo de Barcelona, desde el hotel podía llegar de manera sencilla a donde tenía las reuniones y también en el tiempo libre que tuve toda la semana, tenía zonas como la catedral o el museo Picasso, así como tiendas bien cerquita.
Este hotel como decía antes ocupa una mansión del siglo XVIII que se renovó en el año 2005 para dar un alojamiento contemporáneo y coqueto en el centro de Barcelona. Solo tiene 11 exclusivas suites y habitaciones, complementado por una terraza solárium que tiene tarima de madera y unas vistas realmente fantásticas por encima de los tejados de la ciudad.
Todas las habitaciones y suites están muy elegantemente decoradas, cosa que puedo confirmar, soy un poco especialito y adoro los techos altos, la sensación que tienes es lo mejor de la arquitectura de aquella época mezclado con suelo de parqué, mobiliario moderno y un coqueto detalles como es el de las obras de arte de jóvenes artistas que da un toque exclusivo.
Yo me alojé en una suite junior con todas las comodidades, los recepcionistas muy amables y cuentan con servicio de lavandería, aire acondicionado, caja fuerte en la habitación o secador de pelo, ya sabéis este tipo de cosas que se dan ya por sentadas en los hoteles de cuatro estrellas y que hacen el alojamiento más cómodo a los huéspedes.
Algo que suele ser fundamental en los viajes de negocios y bueno, también en los de placer es la conexión Internet, donde el WI-FI funcionó realmente bien, por lo que pude estar conectado, tanto con los clientes como con mis familiares.
Por lo demás una semana bastante completa, donde pude sacar adelante mis asuntos y disfrutar de una ciudad con tantos atractivos como Barcelona desde el punto de vista de alguien que llevaba tantos años fuera de la ciudad que ha podido constatar el gran cambio que ha tenido Barcelona.
Realmente en 1992 la ciudad ya estaba bellísima con el lavado de cara que le dieron con las olimpiadas, pero realmente ahora está de 10. Si todo va bien espero volver en unos meses con mi familia y este hotel tiene todas las papeletas para volver a ser mi lugar de estancia ¿para qué cambiar si estás agusto?