Sabemos a ciencia cierta que pasar calor no es plato de buen gusto para nadie; a pesar de que muchas personas amen el calor, nadie (con ciertas excepciones, claro) lo pasa bien asándose en la playa o por la calle rondando la insoportable temperatura de 40 grados. Y es que llega un momento en el que ya no te puedes quitar más ropa, y lo único que te queda es quemarte bajo el sol ¡qué horror!
Por eso, en este artículo, te voy a contar de qué formas podrás disfrutar de esos días soleados de verano, en incluso aquellos días de invierno en los que el sol pega fuerte y sobran todos los jerséis, sin necesidad de irte a buscar el fresquito de un centro comercial ni nada por el estilo. Tampoco es justo que tengas una casa bonita con jardín o patio y no puedas pasar el tiempo ahí con familia o amigos porque se convierte en un pequeño infierno.
Formas de estar fresquito dentro o fuera de tu casa.
Antes que nada, vamos a destacar dos cositas que todo el mundo debería de hacer en estas situaciones “tan cálidas” independientemente del lugar en el que se viva. Una de ellas es mantenerse hidratado, esto nos ayuda a reponer los líquidos perdidos, regular nuestra temperatura y, por supuesto, a mejorar nuestra circulación sanguínea, ya que así nuestro cuerpo podrá transportar el calor de manera más eficiente. La otra es, sin sorprender a nadie, tomar duchas frescas que bajen nuestra temperatura corporal, esto nos proporciona una sensación de alivio instantáneo, elimina la suciedad y el sudor de nuestra piel para que nos sintamos más cómodos y, sobre todo, relaja nuestros músculos si hemos estado expuestos a una fuente de calor durante un largo período de tiempo. Dicho esto, aquí tienes unos consejos para lidiar con el calor del verano en casa:
- Ventanas: son el punto principal por donde se nos cuela el sol y el calor en casa, pero podemos ponerle solución de varias maneras. La primera y la más efectiva de todas es directamente instalar ventanas de doble acristalamiento, ya que esto ofrece un mejor aislamiento térmico y reduce la transferencia de calor. La segunda más efectiva es instalar (en caso de que no tengas) persianas, que bloquean la luz directa, proporcionando una capa adicional de aislamiento entre el exterior y tu ventana, lo que te permite incluso poder dejarla abierta. Si no puedes permitirte estas opciones por los gastos de instalación, también puedes optar por sellar las que ya tienes para evitar la entrada de aire caliente desde el exterior, esto lo puedes hacer con selladores de silicona, por ejemplo. Otra opción económica disponible es aplicar películas reflectantes o con protección UV en los cristales, así bloquearás parte de la radiación solar y reducirás la transferencia de calor hacia el interior.
- Estancias: aquí todo el mundo estará pensando en ventiladores que no sirven para nada ya que solo mueven el aire caliente del ambiente (empeorando la situación de hecho) o en aires acondicionados que te refrescan mucho, pero incineran tu cartera con la factura al final del mes. Pues no, porque una forma muy buena y económica de sustituir eso para refrescar la habitación es el truquito del aire acondicionado casero. ¿No lo conoces? No pasa nada porque es muy fácil, hay muchos tutoriales por internet, pero básicamente solo tienes que pillarte una nevera de corcho, hacerle un agujero por delante y otro por detrás, llenarla de hielo, colocarle un ventilador por uno de los agujeros y listo, verás qué fresquito sale por el otro lado. Lo mejor de todo es que es efectivo y que puedes dejar de preocuparte por la factura porque entre esto y un aire acondicionado, la diferencia es bastante clara. Por la noche, cuando el aire es más fresco que de día, puedes aprovechar para dejar todas las ventanas abiertas (si es posible) y que la casa se ventile, usando por supuesto mosquiteras para que no te coman los mosquitos y puedas tener un descanso tranquilo. Utiliza también humidificadores, ya que estos aparatitos aumentan la humedad relativa del aire haciendo que se sienta más fresco. Si no dispones de uno puedes poner un barreño con agua delante de las ventanas.
- Patio o jardín: si tienes la suerte de contar con un patio (aunque sea pequeño) o jardín tienes varias opciones para disfrutar del sol, pero estando a gusto y, sobre todo, fresquito. La principal de ellas es la piscina, su instalación y mantenimiento no son baratos, aunque a la larga merece mucho la pena el gasto. La pega que tiene es que depende mucho del espacio que se tenga, si tienes un jardincito pequeño no vas a instalar una porque entonces te quedas sin jardín básicamente. En ese caso tienes la opción de instalar una piscina desmontable y no, no pienses en ponerte una piscinita de niños. Esto se convierte en algo muy atractivo sobre todo cuando te das cuenta de que tienes una increíble variedad para elegir y las hay de todas las formas y tamaños, lo que permitirá instalarla en cualquier patio o jardín independientemente de su tamaño. Si las piscinas no te terminan de convencer o directamente no te gusta tener una en casa, no tienes por qué despedirte del frescor del agua porque siempre puedes realizar juegos caseros con tu familia o amigos como globos de agua, preguntas y respuestas con manguerazo de premio o ver las opciones del mercado que hay muchísimas y cada cual más divertida como un saco de boxeo que lanza agua según la fuerza aplicada. Si por el contrario prefieres la tranquilidad de sentarte a tomar algo y charlar escuchando música de fondo, tampoco te quedarás sin disfrutar porque para ello tienes desde la opción más sencilla que es la de la sombrilla o extender una pérgola en la entrada de casa, hasta la más completa y recomendada por los profesionales de Pergoland que es la de instalar un cenador. Este espacio cubierto, alejado de casa, te permite comer al aire libre, tomarte algo, descansar y hasta aparcar tu coche dependiendo de su tamaño, todo cubierto de sombra. Así que llama a tus amigos, que aunque haga calor, podréis disfrutar de una barbacoa en el jardín, ¡y no olvides sacar el ventilador con la nevera que te hiciste antes!